3 consejos para hablar en público que no leerás en los libros

3 consejos para hablar en público que no leerás en los libros

¿Todavía buceas en internet en busca de una solución mágica para hablar bien en público? ¿Ves y vuelves a ver vídeos inspiradores que te cuentan cómo triunfar ante cualquier tipo de público o auditorio? ¿Lees técnicas para no quedarte en blanco y perder los nervios?

Entonces continúa leyendo, porque creo fervientemente que para comunicar mejor estos 3 consejos son el mejor regalo que te podemos hacer.

Antes de comenzar, decirte que la persona que escribe es escéptico respecto a las soluciones (en comunicación) que no tienen contacto personal, práctica y entrenamiento. Porque si bien un abrigo no es útil en el Caribe, un zapato del 34 no entra a un adulto, el gluten es intolerable para una persona celiaca o el mismo chiste no hace gracia a todo el mundo, es poco probable que hablar en público tenga una fórmula matemática para los 7.000 millones de personas de la humanidad.

Pese a ello, por supuesto que existen aspectos básicos en todo tipo de comunicación que debemos tener en cuenta, aspectos teóricos que nos guiarán para llegar a hablar en público con soltura y convicción.

1. El teatro es teatro y hablar en público es hablar en público.

Si bien, con matices, una obra de teatro es idéntica en Guadalajara y Sevilla, un speech, una clase o una conferencia no puede serlo. El público, obvio, es diferente y vive circunstancias diferentes.

Por tanto,  debemos identificar cuáles son las características de nuestros oyentes, como pueden ser el lenguaje, el vocabulario, el ritmo de exposición o las «intrahistorias».

Es decir, nuestro mensaje debe ir dirigido a aquellos que nos escuchan. No implica que haya que transformarlo; únicamente aderezarlo con las costumbres de tu público.

Por todo ello, no debemos actuar con un guión, una dirección y unos movimientos marcados: conocer a tu público implica cercanía, feedback constante y empatía, es decir, realidad, todo lo contrario a la convención del teatro.

2. El maravilloso sonido del silencio.

Comunica más y mejor aquella persona que sintetiza la información y permite al oyente, dándole tiempo con las pausas, a procesar el mensaje.

Paradoja o no, hablar en público es el arte de dominar el silencio. ¿Acaso no es maravillosa su melodía?

En un mundo en el que vivimos, de constante ruido, la mayor dificultad es acallar cualquier sonido y no justamente por imperativo u orden, sino por iniciativa del oyente, tanto para escuchar, interiorizar o reflexionar sobre lo que dice el emisor.

El silencio y las pausas marcan el ritmo de nuestro mensaje y se utilizan para vender la idea clave: hay que saber cuándo queremos que el público reflexione, separe ideas o conceptos, o simplemente, cuando nos debemos parar a respirar para cambiar el tono de nuestra voz.

3. Cómo atrapar a la audiencia con credibilidad.

La forma de comportarse de la audiencia determina el éxito o fracaso de nuestra presentación.

Como ya hemos visto, es vital conocer el contexto, y por ello debes hacerte las siguientes preguntas:

¿Por qué me están escuchando?¿Qué motivación les ha traído hasta aquí? ¿Qué esperan de mí como emisor y qué expectativas tienen respecto al mensaje?

Así, te propongo que encuentres entre el público a las personas que pueden reforzar tu mensaje, a los líderes del grupo (los denominados oyentes espejo, que contagian a las personas de su alrededor), a los dinamizadores y, sobre todo, controlar, acercarte e involucrar a aquellos dinamitadores, por timidez o extravagancia, de tu intervención.

En conclusión, la credibilidad no es solo el dominio de un tema, sino que pesa igual la empatía que desarrollemos con los oyentes, mediante la mirada, las preguntas o las anécdotas.

 

Todo ello, recuerda, sin práctica es papel mojado.

 

Pablo López Reclusa
Socio Usa la Palabra

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